Escrito por Camilo Chica, Comunicaciones Fospa Colombia
El miércoles 16 de septiembre se llevó a cabo el cuarto webinar del Fospa en Movimiento, esta vez, a cargo de la Iniciativa de Acción -IdeA- Defensa del cuerpo y el territorio de las mujeres Amazónicas Andinas. En el evento participaron Ketty Marcelo, lideresa indígena amazónica de OMIASEC (Perú); Cecilia Olea del AFM/Centro Flora Tristán – (Perú); Mónica Figeira de la Articulacao de Mulheres Brasileiras AMB (Brasil) y Beatriz Quintero de la Red Nacional de Mujeres Colombia.
Beatriz Quintero, de la Red Nacional de Mujeres Colombia, presentadora del Webinar, resaltó la importancia de este primer espacio de encuentro, como apertura al Tribunal Ético de Justicia y Derechos de las Mujeres Andinas y Amazónicas, en “defensa de los cuerpos y los territorios de las mujeres”; el cual se adelantará de forma virtual el día 29 de octubre y será antesala al IX Encuentro Internacional del Foro Social Panamazónico.
Se manifestaron agradecimientos a los grupos de mujeres feministas quienes han organizado el Tribunal en sus distintas versiones, tales como la organización Flora Tristán, el Grupo Impulsor de Mujeres y Cambio Climático del Perú, la Articulación Feminista MarcoSur, La Articulación de Mujeres Brasileras, a la ONAMIAP, REPEM, COMACOM y la Red Nacional de Mujeres de Colombia.
La moderación estuvo a cargo de Ketty Marcelo de Perú, líder de la ONAMIAP, quien resaltó la importancia de acompañar el Tribunal como espacio para visibilizar los problemas que sufren las mujeres dentro de sus territorios. Este proceso toma importancia en la articulación, en la unidad de sus voces, luchas y caminar hacia un proyecto de vida plena.
La primera ponente Verónica Ferreira de la Articulacao de Mulheres Brasileiras, trabajadora social, investigadora y educadora de SOS Corpo Instituto feminista para la Democracia, militante feminista del Foro de Mujeres de Pernambuco, la Articulación de Mujeres Brasileras y la Articulación de Mujeres MARCOSUR, denunció las graves amenazas a los pueblos, sus luchas y sus iniciativas en la región amazónica. También señaló la ardua resistencia al gobierno de Bolsonaro, quien ha acudido a acciones deliberadas de destrucción en la región, en un marco de patriarcalismo feroz contra los cuerpos y la existencia de las mujeres. Dejó clara la importancia de los diferentes movimientos feministas, luchas y resistencias, que en este momento se logran articular con el Foro Social Panamazónico en los distintos países de la Cuenca Amazónica
Desde la Articulación de Mujeres Brasileñas y la Articulación Feminista MARCOSUR, Verónica relató la historia de construcción de los Tribunales ético – político de mujeres. Señaló que desde el 2008, en Guatemala, el Grupo Gaufista y el Instituto El Taller de Cuba promovieron un Tribunal de mujeres sobre la explotación capitalista y patriarcal, apoyadas en los tribunales de mujeres como metodología de denuncia, articulación y conocimiento.
En otro momento, organizaciones de mujeres de América Latina con amplia participación de grupos de la Amazonía, realizaron un Tribunal sobre la explotación capitalista, patriarcal, racista, en el marco del Foro Social Mundial realizado en Belén en 2009, donde resaltaron las afectaciones socio ambientales que se vivían en la Amazonía. Posteriormente, en Santarem se realiza otra edición del Tribunal de mujeres en el marco del Fospa, para poner la voz de las mujeres, enmarcar las denuncias y generar articulaciones con el proceso organizativo de los movimientos sociales.
El Tribunal desde su metodología y experiencias ha sido fundamental como estrategia para afirmar que las mujeres de la Amazonía son sujetos políticos que avanzan en la articulacion de las luchas que salen en el marco del Fospa; prueba de ello es el VIII Foro de Tarapoto Perú realizado en 2017, que logró la firma del Tribunal, como parte de la metodología del Fospa y el mandato oficial recogido en la Carta de Tarapoto; ratificando que, los tribunales de mujeres tienen la finalidad de ser un espacio ético – político no formal, ni oficial, no institucionalizado, siendo más un espacio de voz, de palabra y de denuncia desde la experiencia y resistencia de las mujeres a partir de testimonios basados en la vivencia de las problemáticas como mujeres, producto de un sistema capitalista, patriarcal y fascista.
Por tanto, el Tribunal tiene una dimensión ética y pedagógica, que forma a las y los participantes y construye denuncia y comunicación política de forma internacional, hacia movimientos sociales y la sociedad en general, sobre la experiencia de opresión de las mujeres, para construir y articular elementos políticos comunes por las situaciones vividas, para con estos insumos presentar una sentencia, que se constituye en denuncia internacional, desde el momento mismo que acontece el Tribunal y se potencia después con la palabra compartida, registrada y sistematizada; que desde la consigna cuerpo – territorio, construido por las experiencias de las mujeres, refleja su lucha en los territorios.
Como logros de los Tribunales, señala que en los movimientos de mujeres feministas que se articulan al Tribunal han surgido cambios en la construcción y visión de los problemas y adquieren mayor compromiso. También el llamado general a las organizaciones mixtas para que se reconozcan, se comprometan con las afectaciones hacia las mujeres y la exigibilidad de sus derechos. Por lo tanto, los impactos son políticos, en términos de formación, articulación, vínculos y alianzas. De igual manera, hay que tener en cuenta como el Tribunal se firmó como un momento de la metodología del Fospa, que es un impacto, pues se pone en el centro la voz de las mujeres y sus afectaciones, por el extractivismo y las desigualdades de género.
También puso en evidencia cómo la pandemia ha ocasionado pérdida de lideresas, de sabedoras, de cómo ha avanzado el contexto de deforestación y cómo Bolsonaro anuncia que es el momento de hacer avanzar las acciones y políticas para volver la Amazonía un territorio “productivo”, según la lógica capitalista y extractivista. Así que se hace más importante poner al centro las afectaciones del cuerpo como territorio. El momento de América Latina es crítico debido a la profundización del extractivismo y de la opresión a las luchas y derechos que impactan a todas las lideresas, por eso es necesario poner la crítica al modelo que produce desigualdades y poner al centro el cuerpo y el territorio. Estos serán claves en los debates del Fospa; no sólo para generar denuncias, sino para generar alternativas y no volver a la normalidad, que es imposible e insoportable.
Revive En Vivo del Tribunal Mujeres Panamazónicas Andinas en VIII FOSPA
Conoce aquí sentencia Tribunal de Mujeres camino al IX Fospa
La segunda intervención fue realizada por Cecilia Olea Mauleon, antropóloga y feminista peruana, una de las fundadoras del Centro Flora Tristán e impulsora de la articulación feminista MARCOSUR, que engloba los esfuerzos e iniciativas de 11 países de América Latina. Cecilia inicia su intervención recordando cómo las guerras han sido un gran problema por los efectos que tuvieron, y que en el siglo XX han tenido consecuencias horrorosas, dentro de una total impunidad, a pesar de una serie de instrumentos, como la Declaración Universal de los Derechos Humanos, pactos y convenciones, el derecho internacional, los pactos de derechos civiles, políticos, sociales, económicos y culturales, los derechos de los niños y niñas, el derecho internacional humanitario, todas las convenciones de Ginebra, entre otras.
Recalca, que, frente a lo sucedido en relación a la justicia internacional y los derechos de las mujeres, se encuentra una gran ausencia, que en los más de 40 volúmenes y subíndices de 732 páginas de las transcripciones de los juicios de Nuremberg, juicios a los responsables del holocausto, no aparecen ni una sola vez la palabra mujer, ni tampoco violencia sexual, ni esclavitud sexual. En los cinco índices suplementarios de los 22 volúmenes de transcripciones de los juicios de Tokio, la violación está incluida en la lista de atrocidades cometidas en la guerra en el lejano oeste por parte del ejército imperial japonés, sin embargo, estas atrocidades son tipificadas como afectación del honor de la familia, por lo que las mujeres no eran consideradas sujetas de derecho.
Hacia el año 1974, señaló, que se crea un instrumento importante que es la declaración para la protección de mujeres y niños en emergencia y conflictos armados, pero que omite cualquier referencia a la violación sexual. La primera vez que se conceptualiza una afectación directa a las mujeres es recién en los juicios de Ruanda y en Yoguslavia, que se habla por primera vez de violación sexual y esclavitud sexual; lo que venía precedido de la Conferencia de Derechos Humanos de 1993 en Viena, en donde se adopta el concepto de Derechos Humanos de las Mujeres.
Respecto a los tribunales, explicó, que son eventos públicos de carácter simbólico y educativo con participación de la sociedad civil con la intención de mostrar y hacer visibles las violencias a las mujeres y denunciar la impunidad de las mismas. A su vez, señaló, que en Viena la estrategia para que se adoptara el concepto de derechos humanos de las mujeres, fue el de realizar un tribunal simbólico con testimonios de las mujeres de diferentes continentes, organizados por organizaciones sociales y movimientos políticos, sustentado y apoyado por activistas del movimiento feminista, que cumplió una doble función, por un lado sensibilizar a los propios pares, a los compañeros que hacen parte de las organizaciones mixtas, y también dirigidos a quienes administran justicia para que puedan sensibilizarse y enfocarse sobre cuáles son los aspectos diferenciales en los conflictos que afectan a las mujeres.
Frente a los aprendizajes, desde el último Tribunal, manifestó, ver como fenómeno que no parece tener diferenciación de género en la política extractivista; sin embargo, crea consecuencias específicas para las mujeres. Puso de ejemplo la aparición de este fenómeno, los 8 casos presentados en el Tribunal como defensoras del territorio, porque el territorio está ligado al hogar, a la familia, a la producción, y se sitúa desde la Pachamama, que es el lugar desde donde se conserva la vida. Desde allí hay que entender, que cuando se afirma que las mujeres defienden la vida no es solo en el sentido biológico del proceso de embarazo y parto, sino en el sentido comunitario de lo que significa siembra, cosecha y conservar la semilla para el siguiente año, que las tareas realizadas por las mujeres dan sentido y preservan la vida.
Frente a los conflictos con el extractivismo, recalcó, como en el veredicto del Tribunal de Tarapoto se señaló el concepto de patriarcalismo de baja intensidad, acuñado por Rita Segato, estudiosa de la violencia contra la mujer. Y con esto puso de ejemplo, que los compañeros de lucha no es que sean patriarcas, al igual que los dueños de la mina o petrolera, pero los patriarcas utilizan la tensión entre los géneros para lograr sus propios intereses. En el caso de Máxima Acuña en el Perú, estaba claro como los dueños de la mina sobornaban y chantajeaban a su compañero, diciéndole ¿Y quién manda en tu casa?… Si tú quieres vender y ella no quiere ¿Quién manda en tu casa?, con lo que exacerban las tensiones en las relaciones de género, que existen al interior del núcleo familiar.
Cecilia también comentó, cómo durante la expulsión del pueblo Achuar, en el Ecuador, se ensañaron contra todo aquello que simboliza lo femenino, como ollas o vajillas, que no es que tuvieran algún valor de mercado, pero se puede ver como Caterpillar arrasó y destruyó con saña aquello que simboliza y enraíza al territorio, que es el fogón, la comida, con aquello que tienen que ver con el cuidado. Por ejemplo, en el caso de las hermanas Mapuches, señala, como a una de ellas que estaba privada de su libertad, la hacen dar a luz con grilletes y delante del policía, a pesar que los médicos del hospital pidieron que saliera y le quitaran los grilletes, lo que muestra cómo quieren tener un dominio simbólico frente a la acción de la mujer, para quebrar la resistencia.
En el caso de los tribunales generados con las mujeres amazónicas, se está develando la complejidad de las propias relaciones de género, entre los pueblos y las empresas extractivistas y a la vez al interior de las propias organizaciones. Por lo que se hace importante tener de aliados a los compañeros para que se compren el pleito, para que entiendan la dimensión y la pasión que le ponen las mujeres en defensa de los territorios. En este sentido, dijo, con referencia al caso de la compañera Bertha Cáceres, como usaron la amenaza, el chantaje, el hecho de que iban a destruir su familia, su casa, hacerle emboscadas y simulacros de aniquilamiento, hasta que la mataron; por lo que se hace necesario resaltar que se deben ver las luchas de muchas mujeres, que no solo están en el ámbito internacional, sino las mujeres que ejercen luchas locales, deben sentirse identificadas con las resistencias y que desde su sitio de trabajo, se den cuenta que son parte de la resistencia para la defensa del territorio.
Finalmente, puso relevancia, de los tribunales en relación al cuerpo, a la movilidad; por ejemplo, en los Achuar se puede ver que constantemente los expulsan hasta dejarlos sin nada que los enraíce, con el ánimo de convencerlos que se vayan y de que van a vivir mejor afuera; y así generar la contradicción entre tradición y modernidad, porque ofrecen dinero y les generan un título y la oportunidad de invertir, ofreciéndoles un tipo de vida que no tiene nada que ver con la tradición, con la representación de su cultura, su identidad y sus raíces. Subrayó, que el Tribunal da voz a quienes históricamente no tienen voz y es un espacio jurídico, que permite vincular lo que sucede en términos locales con una reflexión jurídica de derechos humanos más amplia, que pretende ser universal.
Respecto al enfoque del Estado frente a la pandemia en las comunidades amazónicas, manifestó que las medidas que se toman son completamente urbanas y sólo válidas para un sector, ya que por ejemplo en muchas poblaciones no se tiene ni siquiera acceso a agua potable. Así que esa estrategia de lavarse las manos funciona para la clase media urbana hacia arriba, pero no funciona en otros contextos. También resaltó y preguntó, ¿qué economía paro? recordando que la economía no paró, llamó a recordar que los productores son indígenas y campesinos; lo que demuestra una pugna en la que se debe revalorar la importancia de la producción de alimentos para el consumo cotidiano, que permite sobrevivir en estas situaciones.
Por otro lado, recalcó, cómo se tiene el riesgo de la perdida de conocimientos y saberes ancestrales, consumos que antes no existían: por ejemplo, la entrada de las mascarillas, de la comida en lata; es decir, el control sobre el cuerpo, como apropiación de la soberanía del cuerpo que es el primer territorio, que no se marca solo por políticas sexuales y de derechos reproductivos, sino sobre todo con políticas vinculadas a la alimentación, que genera una dependencia a los productos urbanos.
También señaló, cómo hay un patrón de represión que se va repitiendo, que es una constante, que muestra que todo tiene relación: lo que sucede cerca de la Tierra del Fuego, tiene relación a lo que sucede con Berta Cáceres, con lo que sucede con la Sierra Andina del Perú con Máxima Acuña y con lo que sucede con la nacionalidad Achuar o lo que pasa en la Amazonía con las hidroeléctricas.
Del tribunal de 2017, señalo que se enviaron cartas a las embajadas de los países participantes y, por ejemplo, la compañera mapuche ha salido en libertad y se ha logrado que los médicos que la atendieron, puedan ser testigos en su juicios; en el caso de las mujeres Achuar, que no pudieron ir a Tarapoto, decidieron replicar el Tribunal en su territorio y dejó ver las imposibilidades para muchas de realizar un viaje fuera del país por falta de documentación. Y en este momento, en el que no se han hechos registros de identidad que permitan exigir como sujetos de derechos, se ha frenado y va ser lento la identificación para aquellos sectores de los centros poblados.
A modo de conclusiones Beatriz Quintero preciso como desde los Tribunales se ha ganado en la afirmación de las mujeres como sujetas políticas, es una apuesta ética política, no como una corte, sino como la voz de las mujeres sobre qué es la justicia y como se resisten las mujeres a las desigualdades, a la discriminación, al patriarcado. Los tribunales “son el testimonio de las mujeres desde su vida y su capacidad de resistencia y experiencia de las mujeres, en una voz política”.
Resaltó como desde los movimientos feministas colombianos basados en la experiencia de Ruanda, Irlanda y Yugoslavia respecto a la violencia sexual, lograron que se incorporara en el Acuerdo de Paz como un delito no excarcelable y no indultable. Beatriz, señaló además, como los tribunales, han generado, riqueza conceptual y teórica, como el concepto de patriarcado de baja intensidad que muestra la generación de conocimiento desde esta apuesta metodológica.
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