Mirtha, Zara, Aurora, Dina, Milagros, son algunas de las mujeres que con alegría y entusiasmo desbordantes, dan vida al Comité Local del Panamazónico en Cajamarca. Uno de los Comités Locales más comprometidos y activos del proceso, integrado en su mayoría por diversas organizaciones de Mujeres (tales como Grufides, Ni una menos, Consejo regional de la mujer, Comité de vigilancia ambiental, Frente de defensa, entre otras), todas agrupadas en la Red Defensoras de la Vida y la Pachamama.
En los últimos días de enero, miembros de la Comisión Organizadora del VIII Foro Social Panamazónico (FOSPA) se reunieron con representantes de este Comité Local de Cajamarca para fortalecer las coordinaciones e intercambiar ideas y experiencias.
Los miembros de la Comisión organizadora informaron del XII Congreso en el que habían participado, especialmente de la resolución de incorporar a cuatro mujeres liderezas ronderas en su máxima dirección con la finalidad de avanzar al equilibrio de género. Las Defensoras de Cajamarca manifestaron mucho interés de coordinar con ellas hacia la participación del Foro Panamazónico de abril en Tarapoto. “Es que estamos invitando a mucha gente, muchas organizaciones, tejiendo redes, para que se sepa que se está luchando en toda la Amazonía y Los Andes, en todo el mundo, mucho más allá, que juntas somos más fuertes”, dice Zara. “Porque resistir es existir”, agrega Dina. “Conga fue un despertar para nosotras, generó gran activismo y conciencia, ahora necesitamos mirar más allá de Cajamarca, al Amazonas y al mundo, por eso es tan importante para nosotras el Foro Panamazónico”, explica Mirtha.
Las defensoras participaron en el Pre Foro Nacional Perú de octubre en Tarapoto, recogiendo una experiencia motivadora en la que destacaron los elementos de identidad, música y baile, que quieren llevar también desde Cajamarca para el Foro de abril. También destacaron como muy útil la participación y materiales presentados en el Pre Foro por el ex ministro Ricardo Giesecke. Asimismo, de esa experiencia del Pre Foro asumen el desafío de ampliar, profundizar y sistematizar mucho más las preguntas y debates.
Impresiona la alegría y el entusiasmo con que cuentan de sus actividades. Por ejemplo, su lucha en Cajamarca para incorporar las afectaciones socio ambientales y la criminalización de las mujeres defensoras de la vida y el territorio como violencia de género en el plan regional. También la simbiosis andino amazónica que Mirtha sintetizó con esta frase: “Acá en Cajamarca nos vienen las nubes del Amazonas, tomamos esa agua, necesitamos unir muchos mundos, fortalecer la inteligencia y la resistencia”.
“Es que estamos haciendo historia y al mismo tiempo cambiando nuestras vidas como seres humanos”, señala Milagros. Desde su experiencia en los Comités de vigilancia de Cajamarca cuentan que apenas un río de un total de ocho no está contaminado. También que en Puquio Bambamarca hay gran desconfianza porque siguen explorando, compran, ocupan territorio, no dejan usar los caminos. Que están haciendo “cursos de periodismo ciudadano” para enseñar las herramientas más básicas, por ejemplo de celular, de correo electrónico, etc., en zonas rurales. “Porque necesitamos romper esa separación campo ciudad, esa discriminación tan grande que había y que ahora está pero ha disminuido gracias a la lucha contra Conga”, explica Mirtha.
“Venimos del llamado del bosque”
Esa era la frase que varias de ellas repetían con profunda satisfacción. Es que venían regresando recién del Bosque de palmeras de Ocol. “San José de Ocol, distrito Molino Pampa, provincia Rodríguez de Mendoza, Región Chachapoyas, departamento de Amazonas”, dicta con toda precisión Mirtha. Lo describen como una maravilla natural única en el mundo, un destino turístico que ahora está amenazada por la depredación extractiva.
“Nos llamaron con urgencia, a través de una amiga que vive allá y nos conoce, conoce nuestra lucha. Por favor, vengan, venga, nos decía, tienen que venir a ver lo que está pasando, ayúdennos”, relata Zara. “Y entonces fuimos al llamado del bosque. Nos auto financiamos y alquilamos una combi y viajamos las doce horas hasta allá”, cuenta con orgullo Mirtha. “Fue maravilloso, hubo bailes, dulce de frejol, maíz, actividades con niños, recorrimos dos de las tres áreas de conservación que están juntas, nos faltó tiempo”, describe emocionada Dina.
“A pesar de ser un Área de conservación, no se respeta y con el último paquetazo de PPK peor”, dice Milagros. “La única fuerza para parar esto es la sociedad civil, por eso queremos llevar a las compañeras del Bosque de Ocol al Foro Panamazónico en Tarapoto en abril”, dice Mirtha.
La canción
“Hicimos las doce horas de viaje cantando, porque nosotras a donde vamos, vamos cantando, hacemos canciones que relatan la lucha en la que andamos”, dice Aurora.
A propósito de eso, los miembros de la Comisión del Foro les adelantaron que pronto viene un concurso público para encontrar la canción del FOSPA. “Ha, entonces ya lo ganamos”, replica Zara y todas ríen.
«Cada una, una palabra, y así, todas hicimos la canción», explica Aurora. Ellas sacan un celular y ponen a sonar en altavoz la grabación de su canto en el viaje al Bosque de Ocol, un canto colectivo, tan alegre como comprometido. Vale la pena escucharlo.
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