La Amazonía boliviana abrazó la llegada de delegaciones de nueve países de la región que se reúnen para reflexionar y analizar la compleja realidad amazónica. A partir del evento, y todo el proceso que le antecedió, se espera construir una propuesta orientada hacia un nuevo modelo de desarrollo que preserve la vida.
En distintas lenguas, arropados con vestimentas conservadas ancestralmente, con rostros multicolores y con emotivas expresiones por el encuentro, los participantes en el XI Foro Social Panamazónico (FOSPA) señalaron que las conclusiones de este proceso deben convertirse en mandatos a los gobernantes de cada país, para escalar hacia políticas públicas de protección de la cuenca y selva más biodiversa del planeta.
Con un clima tropical, los municipios de Rurrenabaque (Beni) y San Buenaventura (La Paz) cobijan a cerca de 1.200 delegados de Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Guyane, Perú, Surinam y Venezuela, entre el 12 y 15 de junio.
Esta es la onceava versión de un encuentro que reúne análisis, opiniones, esperanzas, protestas y propuestas de pueblos indígenas y comunidades ancestrales, organizaciones de sociedad civil, redes y alianzas del bloque suramericano.
Una primera sesión de trabajo por ejes dividió a los participantes en las temáticas de 1. Pueblos Indígenas y poblaciones amazónicas, 2. Madre Tierra, 3. Extractivismos y Alternativas, 4. Resistencias de las Mujeres.
Los grupos de trabajo analizan y definen posiciones respecto a temas como tierra y territorio, derechos de los defensores, autonomías y justicia indígena, agua, crisis climática, áreas protegidas, derechos de la naturaleza, minería y sus alternativas, turismo, frontera agropecuaria, soberanía alimentaria, transición energética, territorios y participación de las mujeres, derechos y violencias, entre otros.
“Sean todos bienvenidos, vamos a dar inicio con todo el amor, el cariño y el compromiso del Comité Nacional del Foro Social Panamazónico de Bolivia que ha preparado para todos ustedes, para poder discutir, dialogar y articularnos en la lucha por la defensa de la Amazonía; aportar propuestas para construir, desde la sociedad civil, políticas públicas que cuiden y preserven la Amazonía”, expresó Wálter Limachi, al abrir el evento.
Gonzalo Oliver, presidente de la Central de Pueblos Indígenas de La Paz (CPILAP), pidió que las deliberaciones se orienten a las acciones de defensa de la Amazonía. “Sabemos que tiene fuertes amenazas. Las conclusiones y recomendaciones deben ser un mandato a los gobernantes sobre políticas territoriales de protección de nuestros pueblos, de protección de las áreas protegidas… Tarde pueden ser los arrepentimientos”.
El puente sobre el río Beni que une los municipios de Rurrenabaque y San Buenaventura reflejó el impacto de la convocatoria panamazónica. Más de 1.000 personas le dieron cuerpo a la marcha que antecedió a la inauguración.
Por un modelo alternativo
Para Wilma Mendoza, presidenta de la Confederación Nacional de Mujeres Indígenas de Bolivia (CENAMIB), el FOSPA debe permitir demostrar la acción efectiva de las mujeres. “Pero no solas, sino con todos ustedes. Estamos para defender la vida, estamos sembrando semillas de esperanza, pero es con lucha”.
Mendoza subrayó la importancia de que el XI Foro Social Panamazónico concluya en una hoja de ruta para la incidencia política que conduzca hacia nuevas políticas públicas. Reivindicó que desde los pueblos, comunidades y organizaciones emerja un modelo de desarrollo propio, con alternativas, “no solo para decir no al extractivismo”.
“La naturaleza llora y grita, sin naturaleza no tendremos vida larga, está en nuestras manos reaccionar ya”, manifestó.
La delegación de Colombia, compuesta por pueblos étnicos, campesinos y afrodescendientes, planteó seguir construyendo el tejido social amazónico, con una proyección que abarque la protección de ésta y de las siguientes generaciones.
“Defender la vida es defender la Amazonía y defender la Amazonía es defender la vida, principalmente la casa común. La Amazonía es agua, tierra y aire”, describió la delegada de Brasil.
Con la comprensión de que la Amazonía es la prioridad para la vida, los representantes de Ecuador, entre ellos Leónidas Iza, demandaron a los gobiernos de países amazónicos trabajar con los pueblos indígenas y proteger sus territorios.
Ecuador resolvió, por referéndum popular, dejar sus recursos hidrocarburíferos bajo tierra en el área del parque Yasuní, un ecosistema biodiverso. Su planteamiento es promover “yasunizar” el territorio amazónico. Desde esa visión, propusieron no solo proteger la cuenca amazónica, sino también los glaciares de las tierras altas y otras regiones del territorio continental.
“El agua y el viento no tienen fronteras”, señalaron representantes de Perú al destacar que todo está interconectado.
En la línea de la acción, se remarcó la necesidad de no dejar a los gobiernos tomar solos las decisiones que implican la preservación de la todas las formas de vida.
Entre las amenazas a la Amazonía, los participantes en el FOSPA destacaron la incursión minera, el avasallamiento de tierras y despojo de territorios, la penetración del narcotráfico, la violencia contra los defensores de la naturaleza; pero también destacaron experiencias alternativas.
El FOSPA aglutina a representantes de pueblos y comunidades indígenas y campesinas, de organizaciones de sociedad civil, de instituciones y movimientos de Iglesia, de instancias académicas como la UMSA de La Paz y la Universidad Autonómica del Beni; así como un delegado gubernamental de Brasil y una representante de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
Para el evento, la disponibilidad y colaboración de los gobiernos municipales de Rurrenabaque y San Buenaventura fueron de gran apoyo.
Este jueves y viernes, las distintas mesas y ejes de trabajo deben concretar sus análisis y discusiones para concluir, el sábado, en un documento político como ruta de acción para la defensa de la vida y de la Amazonía.