Conclusiones del Eje Temático 3: Extractivismos y alternativas

Fospa Bolivia
Fospa Bolivia junio 25, 2024
Updated 2024/06/25 at 12:07 PM

Llamamos a un consenso regional para la declaración de la Amazonía como zona prohibida (no go zone) para todas las formas de extractivismo minero. Demandamos el cumplimiento e implementación efectiva de las sentencias y decisiones a nivel nacional e internacional relacionadas a los derechos de los pueblos indígenas, tradicionales y de la Naturaleza. Exigimos a los gobiernos amazónicos la ratificación y cumplimiento de todos los acuerdos internacionales que garantizan derechos como el Convenio 169 de la OIT, Convenio de Minamata, el Convenio sobre la Diversidad Biológica, el Acuerdo de Escazú, la Declaración de la ONU de los Pueblos Indígenas, la Convención Ramsar y otros, garantizando mecanismos de participación efectiva y vinculante de los pueblos indígenas y comunidades amazónicas. Demandamos marcos normativos de debida diligencia en los Estados amazónicos y sus países de origen para obligar al poder corporativo a cumplir estándares internacionales de derechos humanos y ambientales.

Acordamos coordinar una articulación andino-amazónica y costera de los pueblos en defensa de sus territorios, considerando un enfoque de cuenca que reconozca la importancia de una protección integral de los otros biomas para la manutención de la vida y diversidad biológica y sociocultural de la región amazónica. Llamamos a una marcha de los pueblos en defensa de nuestros territorios frente a la minería. Demandamos acciones concretas e inmediatas para enfrentar el crimen organizado vinculado a la minería legal e ilegal. Exigimos la reparación, restauración y restitución inmediata de los territorios afectados por la minería, considerando los impactos a la salud ambiental (suelo, aire y agua) y la salud humana, en particular de las mujeres. Instamos a los Estados a aplicar el principio de prevención y precaución, para tomar decisiones informadas y cautelosas. Reafirmamos que la Amazonía tiene derechos y los pueblos organizados la declaramos como un territorio libre de minería, haciendo respetar los modos y medios de vida ancestrales desde los territorios que garantizan un equilibrio climático y absoluto respeto a la Naturaleza.

Posición del Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia (BOCINAB) para la Resolución del XI FOSPA 2024

Eje 3: Extractivismos y alternativas, Grupo de Trabajo Minería

Después de un análisis situacional de la explotación del oro aluvial en los Ríos Panamazónicos con la complicidad de los gobiernos y comprendiendo que todos los países de la Panamazonía sufrimos las consecuencias de la minería, conscientes de que la minería, sea legal o ilegal, igual contamina, el Bloque de organizaciones Campesinas e Indígenas del Norte Amazónico de Bolivia (BOCINAB), propone los siguiente:

  1. Conformación de los comités de defensa de los pueblos indígenas en defensa de los Ríos de la Panamazonía en los 10 países partes del FOSPA 2024.
  2. Declaración del Rio Tahuamanu como sujeto de derecho en el Norte Amazónico de Bolivia.
  3. Realizar acciones populares y acciones de hecho inmediatos en los países de la panamazonía contra la contaminación minera legal o ilegal.
  4. Demandamos el cumplimiento de otorgación de tutela otorgada por la CPILAP en el norte Amazónico de Bolivia
  5. Demandamos el derecho a la consulta previa libre e informada a todos los pueblos indígenas, a sus bases y no así solo a sus dirigentes o autoridades.
  6. Conformación de una Plataforma o Red Internacional en defensa y protección de los Ríos y Territorios Panamazónicos, la naturaleza y el medio ambiente para realizar acciones conjuntas y concretas en la Panamazonía de cada dos meses para visibilizar el problema de la contaminación de la minería legal o ilegal en todo el mundo.

Propuesta de declaratoria: Turismo de base comunitario y ecoturismo como alternativas para los pueblos y la Madre Tierra

Llamados por el XI Foro Social Panamazónico, nosotros, como pueblos de la panamazonía nos encontramos interpelados por las consecuencias de modelos de explotación de la naturaleza, los territorios indígenas y las poblaciones locales. El avasallamiento de territorios por actividades extractivistas nos han llevado hasta el punto de no retorno en cuanto a la pérdida de bosques. Por otro lado, la minería en todas sus formas ha contaminado nuestros ríos y peces. El cambio climático ha puesto en riesgo las condiciones de habitabilidad de los ecosistemas de los cuales dependemos para el ciclo del agua. El extractivismo se ha convertido en una dura realidad que nos despoja de posibilidades concretas para ejercer nuestra gobernanza territorial y disminuye la posibilidad de pensar desde los saberes ancestrales del bosque. 

A la luz de las amenazas del extractivismo consideramos necesario, desde las diferentes expresiones y luchas territoriales avanzar en modelos que puedan ir acorde a las necesidades de conservación, restauración y recuperación de los diferentes ecosistemas que se encuentran en riesgo por la expansión de prácticas de depredación que se dan en nuestros bosques y territorios. Por lo mismo esta declaración tiene dos objetivos centrales, 1) consolidar una visión compartida del turismo comunitario y ecoturismo como una realidad innegable al extractivismo; y 2) proponer acciones concretas para la conformación de políticas públicas, locales, nacionales e internacionales que puedan coadyuvar al buen desempeño del turismo como motor de desarrollo de las actividades turísticas y de la sustentabilidad de los pueblos. 

1. Turismo de base comunitaria y ecoturismo como alternativas al extractivismo

El turismo con base comunitaria y el ecoturismo están íntimamente relacionados: ambos están insertos dentro de una propuesta de turismo sostenible. Además, se caracterizan por ser actividades económicas que se prefiguran como alternativas frente al extractivismo en territorios amazónicos. Ambas actividades son motores económicos que permiten la subsistencia de familias, los pueblos y las comunidades locales y son esenciales para la conservación de los ecosistemas dentro y fuera de la panamazonía. 

El turismo comunitario, así como el ecoturismo son actividades que comprenden al bosque, y sus múltiples formas de existencia (flora, fauna y humanos) como actores interrelacionados y dotados de una agencia capaz de mantener y preservar la situación de la naturaleza. Impulsar este tipo de turismo, puede generar mayores recursos que las actividades depredatorias.

El turismo en la Amazonia tiene múltiples formas, desarrollado de una forma irresponsable y no sostenible, llega afectar negativamente a la biodiversidad y la identidad cultural en contextos amazónicos. En contraposición, el turismo sostenible (el turismo con base comunitaria y el ecoturismo) plantea un entendimiento integral de los ecosistemas y de los valores del bosque, así como de los modos de vida que acompañan a la conservación del pulmón del mundo.

Consideramos que el turismo comunitario como un enfoque ecoturístico promueve la gobernanza sobre los territorios de los pueblos y la preservación de los valores y saberes culturales de los habitantes de la Amazonía. Estos son aspectos fundamentales para que los pueblos indígenas y las comunidades locales puedan gozar de un buen vivir y de horizontes de transformación posibles en el marco de la modernidad y globalización. 

También se considera que bajo las perspectivas de turismo comunitario y ecoturismo la naturaleza misma es un potenciador de la conservación y hasta de actividades con efectos regenerativos. Por defecto la protección de la biodiversidad, fauna y flora se convierte en esencial para el éxito de una actividad económica, tanto en el sector privado como en el público. 

Finalmente enfatizamos sobre el hecho de que este tipo de actividades turísticas han protegido a los pueblos indígenas, comunidades y actores locales. En la misma línea, han tenido impacto en la defensa de la naturaleza ante las prácticas extractivistas que atacan sectores de la Amazonía que quedaron a merced de la sed de materias primas y recursos naturales, que fueron vistos desde la mirada de la codicia y la depredación.

El turismo comunitario, así como el ecoturismo es una forma de superar los modelos de acumulación por desposesión que el extractivismo fomenta y promueve en la Amazonía. En ese sentido, plantear el turismo como una necesaria salida es una forma de resistencia contra el extractivismo y, a la vez, es el único modelo que preservaría la integridad del territorio amazónico.

El bienestar y la soberanía de los pueblos indígenas, así como de las comunidades locales sobre sus territorios es primordial y, por lo mismo, implica que estas poblaciones sean gestoras de su propio modelo de desarrollo/crecimiento socioeconómico/destino. 

2. Acciones necesarias para promover la actividad turística como principal alternativa al extractivismo

Invocamos al impulso de iniciativas lideradas por pueblos originarios, que revaloran su soberanía territorial y las formas de vida y relacionamiento con la naturaleza.

Exigimos que los gobiernos nacionales puedan asignar el [2%] de los recursos del PIB para la consolidación de políticas públicas en favor de la construcción, consolidación e integración de los diferentes sectores y actores del turismo, en particular para aquellas prácticas que implican un turismo para la conservación. 

A su vez, exigimos que los Estados y gobiernos subnacionales prioricen las actividades turísticas como una economía alternativa en favor de nuestros territorios, respetando y protegiendo las áreas protegidas.

Consideramos que es necesaria la articulación de los Estados, la academia, el sector privado y la sociedad civil para consolidar un efecto amplificador en favor de todos los prestadores de servicios turísticos: privados, públicos, comunitarios y/o de base comunitaria.

Exigimos a la población de los países panamazónicos a tomar consciencia de que desde nuestros mismos pueblos ya se están trabajando iniciativas de soluciones al extractivismo, y de que estas iniciativas requieren del mismo apoyo para salir adelante.

Invocamos a la población de la región panamazónica a construir redes de apoyo locales y externas para la recolección y difusión de información, con el objetivo de un mejor desarrollo de los servicios turísticos, bajo un enfoque ético y colectivo.

Exigimos el respeto y la promoción de la participación política de nuestras poblaciones a través de consultas populares para el desarrollo de actividades turísticas. Exigimos que se implementen mecanismos de consulta popular vinculantes para decidir por un modelo económico basado en servicios turísticos en nuestros territorios amazónicos, ante las amenazas de las actividades extractivistas, ya que el turismo tiene el potencial de efectos regenerativos y amigables con el medio ambiente.

Es indispensable el rol de los cooperantes internacionales y de organizaciones sin fines de lucro para el apoyo y la sostenibilidad de programas de desarrollo de modo que permitan el fortalecimiento de la región panamazónica a través del turismo sostenible, de forma no asistencialista y en respeto de nuestras culturas y formas de vida ancestrales.

Solicitamos el desarrollo de capacidades y programas de formación, en favor de todos los prestadores de servicios turísticos. Para esto, hacemos un llamado a la academia, a la cooperación internacional y organizaciones no gubernamentales a fortalecer el desarrollo del turismo en la región panamazónica a través de herramientas educativas, becas de formación académica y técnica e investigación aplicada. Adicionalmente, incluir en la malla curricular de primaria y secundaria, la formación en turismo de manera obligatoria.

Llamamos a la consolidación de un observatorio regional de turismo para promover mayores estudios sobre los potenciales, las perspectivas, las realidades y desafíos del turismo en la región panamazónica, enfocado en el turismo comunitario y/o de base comunitaria con énfasis en ecoturismo y desarrollo sostenible. Promoviendo la investigación y la articulación con casas superiores de estudio.

Demandamos la necesidad de generar instrumentos de macro regulación del turismo desde la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) para avanzar hacia un desempeño integrado de los diferentes destinos turísticos dentro de la amazonía. Instamos a la OTCA a avanzar en la construcción de su mecanismo de financiamiento para la construcción de la agenda regional del turismo en la Panamazonía. Este instrumento financiero deberá promover: 

o   El fortalecimiento la actividad económica turística

o   La promoción y difusión del turismo en la panamazonía

o   La resistencia y mitigación a las actividades extractivistas

o   Investigación y desarrollo en favor de la actividad turística sostenible

2.1. Financiamiento y Fortalecimiento Institucional:

Exigimos la asignación de un porcentaje significativo del presupuesto de los gobiernos subnacionales y nacionales para fortalecer las capacidades de los actores involucrados en el turismo comunitario y el ecoturismo, incluyendo programas de capacitación, infraestructura y promoción.

Demandamos la creación de un mecanismo de financiamiento específico por parte de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) para apoyar proyectos de turismo sostenible en la región.

2.2. Regulación y Control:

Instamos a los gobiernos a establecer instrumentos de regulación y control que garanticen el desarrollo sostenible del turismo en la Panamazonía, con especial atención en la protección de áreas protegidas y territorios indígenas.

Exigimos una mayor vigilancia sobre las prácticas turísticas que puedan afectar negativamente la biodiversidad y los modos de vida de las comunidades locales, así como la implementación de sanciones efectivas contra aquellas que incumplan con los estándares ambientales y culturales establecidos.

2.3. Capacitación y Promoción:

Llamamos a la consolidación de programas de capacitación dirigidos a los actores involucrados en el turismo comunitario y el ecoturismo, con el objetivo de fortalecer sus conocimientos sobre biodiversidad, gestión ambiental y servicios turísticos de calidad.

Promovemos la creación de un observatorio regional del turismo que facilite el intercambio de información, buenas prácticas y lecciones aprendidas entre las diferentes iniciativas de turismo sostenible en la Panamazonía.

Conclusiones:

En virtud de lo expuesto, instamos a los gobiernos, instituciones, organizaciones de la sociedad civil y la comunidad internacional a comprometerse con la promoción y desarrollo del turismo de base comunitaria y el ecoturismo como herramientas efectivas para la conservación de la biodiversidad, la protección de los derechos de las comunidades locales y el fortalecimiento de la economía regional en armonía con la Madre Tierra.

La expansión de la frontera agropecuaria involucra distintas actividades todas asociadas a la deforestación de la selva y bosques, encadenadas entre sí y que incluyen agronegocios, dependencias de transgénicos y agrotóxicos, y ganadería industrial.

Rechazamos tajantemente los proyectos de palma africana para Biodiesel en Bolivia y en los países amazónicos, porque vulneran los derechos de los pueblos indígenas, el campesinado y la población en general. Son proyectos que benefician a privados y no a la expectativa económica del Estado, y además no resuelven la escasez de combustibles, ni contribuyen a superar la crisis climática.

Apoyamos y respaldamos la determinación de la Consejo Indígena del Pueblo Tacana y el Bloque de Organizaciones Campesinas e Indígenas de la Amazonía Boliviana de rechazar el programa de palma aceitera en Bolivia que está vulnerando sus derechos humanos y territoriales.

En materia de agrotóxicos y transgénicos; es urgente reconocer y fomentar las prácticas de agricultura tradicional y familiar que resisten al uso del paquete de agroquímicos que el sistema productivo industrial impone a nivel de la pequeña y gran producción y consecuentemente de consumidores. Se demanda el apoyo económico y de políticas públicas en favor de la gestión sostenible de bienes comunes del bosque.

Para lograrlo, es imperativo que los subsidios perversos y el financiamiento público y privado se redireccione a economías populares, agroforestales y destinadas a la alimentación humana. Esto es incompatible con la ampliación de monocultivos que acaparan tierras y aguas e intensifican las asimetrías de poder.

El modelo agroalimentario globalizado, enraizado en una matriz colonialista, patriarcal y colonial también ha incrementado una demanda de productos cárnicos y lácticos, en gran medida para exportación. La ganadería es el mayor motor de deforestación en la mayoría de países amazónicos, y requiere, además, el uso de tierras para producir alimento para el ganado; la mayor parte de los cuales es exportada.

La ganadería a pequeña escala tiene el potencial de crear sistemas cerrados de producción agroalimentaria, que integren los residuos como abono y produzcan plantas agrodiversas como forraje; lo que reduce la dependencia de combustibles fósiles y monocultivos.

El Grupo de trabajo de Soberanía, Seguridad alimentaria y agroecología establece que son innegociables los siguientes aspectos:  La ampliación de la frontera agrícola y ganadera, la producción de monocultivos a gran escala, la deforestación e incendios forestales, el uso de agroquímicos, de transgénicos y semillas, ni en alimentos. El contrabando de alimentos e importaciones baratas, y producción y promoción de ultraprocesados, la privatización, el patentado de semillas. La sustitución de semillas y variedades nativas por comerciales, e introducción de especies que atentan contra nuestro patrimonio genético. La producción de agrocombustibles, enajenación y apropiación de tierras comunitarias, territorios indígenas, campesinas y tierra fiscal, la explotación de combustibles fósiles, que afectan la naturaleza, la explotación de los pueblos indígenas, los cuerpos de las mujeres y juventudes, la contaminación y degradación de zonas de recarga hídrica, fuentes de agua y suelos.

Por ello proponemos:

La Implementación de sistemas alimentarios y modos de vida basados en la agroecología que permita la transición ecológica que cuide los sistemas de vida, revalorizando saberes que garanticen a las comunidades indígenas, campesinas y afrodescendientes los derechos humanos integrales. Fortalecer las acciones de la Sociedad civil en investigación, practicas productivas socioambientales, investigación e innovación en torno a la perspectiva de soberanía, seguridad alimentaria y agroecológica e igualmente Generar una opinión pública en favor de ellas través de la sensibilización y concientización de consumidores, academia, sector público y privado, medios de comunicación y organizaciones de base.  Y finalmente eliminar el financiamiento y subvención al agronegocio y propiciar políticas de apoyo al abastecimiento alimentario fomentando los mercados justos, créditos flexibles, el financiamiento productivo, la tecnología apropiada y acceso a las compras estatales. Revisar/modificar las normativas que establecen los sistemas de sellos y certificaciones ecológicas facilitando el acceso de los y las productoras, igualmente fortalecer y crear Ministerios y/o Viceministerios de Agricultura familiar y Agroecología, que articule a las diferentes entidades operativas del Estado y atienda a las organizaciones productivas, consumidores, comercializadores, investigadores y academia.

Fortalecer medidas e iniciativas de restauración y conservación de los bosques, otros ecosistemas y zonas de vida, la no contaminación de las fuentes de agua por la minería y la consolidación de los territorios de pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos. Garantizar el apoyo técnico a los y las agricultoras que enfrentan situaciones por la emergencia al cambio climático. Declaratoria de las semillas libres, nativas, indígenas criollas, campesinas como patrimonio colectivo de la humanidad. Incorporar programas socio productivos con enfoque agroecológico en las unidades educativas, para fortalecer las capacidades y conocimientos de niños, niñas y jóvenes. La armonización e implementación de la declaración de los derechos de los y las campesinas (UNDROP), establecer el sello agroecológico amazónico participativo desde las comunidades, Promover la creación de huertos urbanos y periurbanos con enfoque agroecológico. Promover la declaración de la Amazonia sujeta de derechos y crear la Universidad de la Agroecología en la Amazonia con sede en los diferentes países todo orientado a la consecución de alimentos sanos, nutritivos, suficientes y local, finalmente Desarrollar y fortalecer acciones de sensibilización y concientización para la Campaña “Contra el Hambre en la Amazonia con Soberanía Alimentaria y Seguridad Alimentaria con Agua Segura”, en cada uno de los países de la Región Amazónica, bajo el Slogan “Hambre 0 con Agua Segura”

Solicitud

Solicitar el Respaldo a la Ley que declara a los municipios de Palos Blancos y Alto Beni de las Provincias Sud Yungas y Caranavi del Departamento de La Paz, “Municipios Agroecológicos, Productivo, CON RECURSOS HÍDRICOS LIBRES DE ACTIVIDAD Y CONTAMINACIÓN MINERA”, Resguardando la producción agroecológica, agroforestal y orgánica.

Rechazamos la transición energética propuesta desde el norte global, que reproduce el modelo colonial y extractivista que violenta nuestros territorios. Rechazamos la transición que sólo responde a intereses de grupos hegemónicos que busca mantener el modelo capitalista y neoliberal. Esa transición no hace una crítica a su modelo de producción y consumo, que no respeta los límites físicos de nuestra madre tierra. Al mismo tiempo, rechazamos todo tipo de extractivismo y falsas soluciones en nuestros territorios, con énfasis en combustibles fósiles, biocombustibles, megahidroeléctricas, y toda infraestructura minera y energética.

La transición energética que planteamos debe ser justa, popular e inclusiva, donde las alternativas salgan desde los territorios. La que proponemos articula un proceso de transiciones en zonas amazónicas, andinas y marinocosteras. Esta transición debe garantizar: derecho a la energía en consonancia con los derechos colectivos de los pueblos indígenas y de la naturaleza, soberanía energética autónoma de los territorios, debe ser descentralizada, con acceso y soberanía tecnológica, alternativas económicas como una nueva forma de gestión de gobernanza participativa y autonomía territorial. La transición energética que exigimos, no es un borrón y cuenta nueva: busca responsabilizar a los culpables de esta crisis sistémica. Esta transición parte de atender y reparar la historia extractivista, hacia pueblos indígenas y todas las comunidades afectadas, así como remediar, recuperar y restaurar los ecosistemas.

Exigimos a los Estados: declarar la Amazonía como zona libre de combustibles fósiles y extractivismo, así como para las zonas andinas y marinocosteras, esto implica el cierre, desmantelamiento y reparación. Así como procesos de planificación participativa para la gestión descentralizada de la energía, que garanticen que la transición energética sea justa y popular, y que incluya garantizar y respetar los derechos colectivos de los pueblos y de la naturaleza. Asimismo, exigimos el fin del financiamiento a la muerte y sí al financiamiento de una transición justa, popular e inclusiva desde, por y para nuestros territorios.

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