Escrito por Camilo Chica, Comunicaciones Fospa Colombia
El día de ayer se levantó la voz de una gran Minga Mundial por la Amazonía. Los diferentes pueblos de la Cuenca Amazónica, a pesar de la contingencia por el Covid-19, instalaron la primera Asamblea Mundial por la Amazonía, para compartir un deseo de cambio, una postura de unidad, con un llamado global para frenar el modelo político extractivista e invasor.
Se hizo un llamado al compartir, a la unidad, a la integración de los pueblos latinoamericanos, para combatir con las armas de la paz y la dignidad los graves problemas que azotan la Amazonía. La emergencia actual, creada por el capital ha evidenciado, de nuevo, su capacidad de someter a la sociedad al exterminio, al hambre, a la opresión, al consumo exagerado y al totalitarismo, por mantener una economía desarrollista. Y esta explotación humana y ambiental ha declarado como siguiente víctima a la Amazonía.
El llamado “desarrollo”, que no es otra cosa que explotar la naturaleza para satisfacer los derroches de unos pocos, ha trazado ya grandes troncales terrestres en la selva, para intercomunicar todo el continente latinoamericano y facilitar la explotación y el movimiento de bienes y servicios. Y es sabido por todos, que el “capital”, usara todas las formas para acceder a estos territorios y depredar su naturaleza.
Múltiples denuncias se escucharon sobre: las quemas de la selva, la expansión ganadera y agroindustrial, la deforestación, la minería legal e ilegal, la industria petrolera, las hidroeléctricas, los grupos armados, los líderes y lideresas sociales asesinados y amenazados. Es decir, el listado de toda la estrategia que han emprendido gobiernos y compañías multinacionales, el último centenio, para apoderarse de la selva Amazónica.
Este millar de razones que se han ido acumulando durante tantos años, ha convocado a esta minga, que puso la unidad como bandera de lucha, para iniciar un camino hacia el Buen Vivir de los pueblos del mundo. En esta minga se hizo el énfasis, de que la Amazonía es un Bien Común, que todos debemos proteger, pues la Tierra como un organismo único y complejo, está totalmente interconectada y lo que suceda en una esquina, es de saberse, afectará la otra.
Se hizo un llamado al mundo en general para iniciar una lucha conjunta, que logre cambiar la visión del mundo de la inmensa mayoría; y en esto la iglesia, los pueblos indígenas, los campesinos, los afrodescendientes, entre otros, compartieron esta visión. Y en este sentido, el movimiento eclesial pidió al mundo entero, aprender a actuar con la sobriedad de los pueblos originarios, para proteger el mundo.
Se dejó claro que el camino de la transformación está visible, si nos permitimos como humanidad escuchar la voz de la naturaleza y las enseñanzas de los pueblos originarios. Y si seguimos este camino hallaremos la respuesta para dejar atrás la economía extractivita, y poder volcarnos hacia una economía por el Bien Vivir.
Iniciar esta tarea conjunta se sabe que no es fácil, pero ya se ha iniciado y no tendrá vuelta atrás. Por lo tanto, se le va hacer frente a las dos pandemias, más fuertes que están devorando la Amazonía: el extractivismo y el exterminio físico de los pueblos que la habitan; para esto será necesario la movilización social y el boicot al actual modelo.
Y con estas premisas se cerró el primer día de asamblea, para pasar a las mesas de trabajo el día 19, para debatir y dejar las tareas a todos los pueblos, para movilizarse y construir el Buen Vivir.