Llamamiento desde la Amazonía a construir un acuerdo por la vida frente al colapso climático y ecológico

Fospa Bolivia
Fospa Bolivia julio 1, 2024
Updated 2024/07/01 at 5:25 PM

Sin Amazonía no hay solución a la crisis climática. Sin una solución a la crisis climática mundial no será posible salvar a la Amazonía. Por ello desde el XI FOSPA convocamos a nuestras hermanas y hermanos de todos los continentes a construir un Acuerdo por la vida frente al colapso climático y ecológico del planeta. Un acuerdo desde las bases, en minga, desde nuestro sentir y pensar en trabajo colaborativo, para hacer realidad la demanda urgente de “cambiar el sistema capitalista y no el clima”, construir territorios libres de extracción petrolera, minería, deforestación, agronegocio, contaminación, falsas soluciones, libre comercio, racismo, colonialismo, transgénicos, agrotóxicos, mega proyectos de infraestructura, violencias múltiples, militarización, genocidio y terricidio. Un Acuerdo Sistémico que recoja las prácticas ancestrales de producción de alimentos que se realizan en territorios como la Amazonía, y extienda nuestras alternativas de soberanía territorial, alimentaria y energética, impulsando los avances logrados en el referéndum del Yasuní en Ecuador, en la declaratoria de Palos Blancos como municipio boliviano agroecológico libre de minería, en la movilización por un Panamá libre de minería, y en la lucha contra todo tipo de genocidio, como el que sufre el pueblo palestino.

El Acuerdo de París ha fracasado. Hasta 2023 los gobiernos disminuirán sólo una décima parte de las 24 giga-toneladas que debemos reducir globalmente para frenar el incremento de la temperatura que ya superó 1,5ºC en 2023 [1]. La captura corporativa de las negociaciones climáticas busca esconder las urgentes alertas de la comunidad científica que indican que estamos entrando a un territorio desconocido donde predominan los eventos extremos e impredecibles a nivel climático. Las Conferencias de las Partes de cambio climático hablan de reducir emisiones de gases de efecto invernadero, pero no establecen compromisos obligatorios de disminución de combustibles fósiles, deforestación, y transformación de los modelos de producción, consumo y distribución insostenibles. Esta omisión no es casual pues los gobiernos del planeta están capturados por la lógica del capital y no buscan una transición para superar el sistema capitalista, extractivista, patriarcal y de la modernidad irracional.

Somos conscientes de la diversidad de estrategias e iniciativas contra la crisis climática. Reconocemos el esfuerzo de quienes por décadas se han enfocado en lograr avances en las negociaciones dentro las Conferencias de las Partes de cambio climático, pero hoy está claro que las soluciones reales y efectivas van a venir desde nuestras luchas, desde nuestros territorios, desde nuestra experiencia, desde nuestra capacidad de autogestión y desde nuestras alternativas.

Proponemos a todos los movimientos y organizaciones sociales del planeta construir un Acuerdo sistémico, para que juntos:

  1. Impulsemos acciones de movilización para detener las nuevas inversiones, exploraciones y explotaciones de petróleo, carbón y gas natural. En la región amazónica los lotes de crudo aumentaron un 13% entre 2012 y 2020, llegando a ocupar un 9,4% de la superficie amazónica, cubriendo más de mitad de la Amazonía del Ecuador y alrededor de un tercio en el caso de Perú y Colombia. Para nosotros la lucha contra la expansión petrolera, la desinstalación de explotaciones petroleras, y la reparación a la naturaleza y los pueblos afectados es una lucha de sobrevivencia. Ya no hay tiempo si queremos evitar los puntos de no retorno en el planeta. Necesitamos compromisos obligatorios y vinculantes por cada país, y en particular de las principales potencias mundiales, para disminuir 21 giga toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2030.
  2. Detengamos la deforestación de los bosques ejerciendo nuestros derechos sobre nuestros territorios, nuestros espacios de vida y nuestra capacidad de autogestión. Forjemos la más amplia movilización para: a) anular y derogar  las normativas de los países que alientan y son permisivas con la deforestación y los incendios forestales, b) establecer regulaciones estrictas a las actividades que causan deforestación incluyendo  sanciones, controles y estudios de impacto ambiental acumulativos e integrales, c) titular/demarcar las tierras y territorios de los pueblos indígenas y demás comunidades tradicionales, d) revertir a los Estados la tierra de las grandes y medianas propiedades ganaderas y del agronegocio que deforestan, e) fortalecer las áreas protegidas y crear nuevas bajo gestión compartida con los pueblos indígenas, f) sancionar a las entidades financieras, públicas y privadas, nacionales e internacionales, que financian  emprendimientos deforestadores, g) establecer prohibiciones en las normativas nacionales a la exportación e importación de productos que deforestan, y h) promover prácticas que reduzcan y eliminen el uso del fuego en actividades agropecuarias.
  3. Impulsemos la soberanía alimentaria y la agroecología para enfriar el planeta, salvaguardaremos los centros de origen, domesticación y diversidad de alimentos y medicinas tradicionales para alimentarnos de manera saludable sin degradar ni contaminar más los suelos, el agua, la biodiversidad y la Naturaleza. Fortalezcamos el consumo local y diverso de alimentos, sin agrotóxicos ni semillas transgénicas, producidos por campesinos, agricultores familiares y comunidades indígenas. Frenemos la expansión de la frontera agropecuaria, en particular de la ganadería, la palma africana, la soya, el maíz, la caña de azúcar, los biocombustibles y otras plantaciones de monocultivos corporativos, y desmantelemos las cadenas de alimentos controladas por corporaciones transnacionales que amasan grandes fortunas calentando el planeta.
  4. Implementemos una transición energética justa, popular y en armonía con la Naturaleza para y hacia la soberanía energética: a) garanticemos el derecho humano y de los pueblos a la energía, b) redimensionemos y redistribuyamos de manera equitativa el consumo de energía, c) desmantelemos la lógica de negocio y monopolio energético al servicio de las transnacionales, d) revirtamos la lógica extractivista y productivista de generar siempre más energía para un crecimiento insostenible de la producción de mercancías, e) promovamos la participación y control social en la gestión democrática de la energía, y f) impulsemos el transporte público en base a energías alternativas y no caigamos en el engaño de que podemos enfrentar la crisis climática en base a automóviles eléctricos individuales que desencadenan nuevos procesos de extractivismo minero o de agrocombustibles, y g) detengamos la construcción de nuevos mega-proyectos e infraestructuras emisoras. La transición energética debe reparar los daños del pasado y asegurar los medios de vida de los trabajadores y las comunidades en el futuro, abordando el necesario cambio de una economía extractiva a una sociedad segura para el clima, para construir poder económico y político en favor de una economía regenerativa.
  5. Rechacemos las falsas soluciones climáticas y los mecanismos de flexibilización, mercantilización y compensación (offsetting) como los certificados de compensación de carbono y de biodiversidad. Los mecanismos de financiarización de los mal llamados “servicios ambientales” de la Naturaleza, como la Iniciativa REDD+ (Reducción de Emisiones de Deforestación y Degradación de Bosques) buscan generar nuevas fuentes de ganancia especulativa para un capitalismo en crisis y lejos de enfriar el planeta generan conflictos en poblaciones indígenas y tradicionales, enriquecen a intermediarios de los mercados del carbono, y establecen mecanismos para evadir los compromisos de reducción obligatorios que tienen los países y empresas contaminantes, vulnerando derechos humanos y de la Naturaleza. Los pueblos indígenas y las comunidades que conservamos y protegemos los bosques y la Naturaleza debemos contar con mecanismos de apoyo económico directo a cargo de los Estados y los organismos internacionales que no dependan de los mercados especulativos del clima, el agua y la biodiversidad. Así mismo rechazamos las falsas soluciones tecnológicas de geoingeniería del planeta, de almacenamiento y captura de carbono, de transgénesis, de edición genética y otros.
  6. Luchemos para eliminar los presupuestos para el militarismo y la guerra, y destinemos dichos recursos para aliviar la situación de los países más afectados por el cambio climático. Destinemos los trillones de dólares que se consumen en la carrera armamentista para: a) prevenir la escalada de catástrofes socioambientales y aliviar la situación de los millones de refugiadas y refugiados climáticos, b) fortalecer la transición de los espacios urbanos y de las mega-metrópolis que son inmanejables en contextos de colapso climático, y c) fortalecer el accionar de los pueblos indígenas, campesinos y comunidades que preservan nuestros bosques, el agua, las semillas y la Naturaleza, adoptando políticas públicas para apoyar a los guardianes a los bienes comunes. Anulemos la deuda externa de los países afectados por la crisis climática, para destinar dichos recursos bajo control social a atender las emergencias climáticas. Toda ayuda financiera debe estar por fuera de mecanismos de endeudamiento, de la emisión de certificados de compensación de carbono equivalente, de la transferencia de tecnología e inversiones antiecológicas que empeoran las crisis ambientales. Las potencias y élites de los de los países deben pagar la deuda ecológica y climática que tienen con los pueblos del mundo.
  7. Despatriarcalizemos nuestras sociedades garantizando los derechos de las mujeres y evitando que sus dinámicas ecosociales sean masculinizadas. No al mandato de explotación y conquista. Queremos vidas libres de violencias feminicidas, epistemicidas, ecocidas, genocidas y criminales. Demandamos territorios despatrarcalizados donde sea posible el sostenimiento de la vida. Reafirmamos que la solución al colapso climático sólo es posible promoviendo modelos de vida sustentables que alienten una vida sencilla, simple y frugal, basada en los cuidados hacia el otro y la Naturaleza, y desfavoreciendo la producción y consumo suntuario de bienes perecederos insostenibles y la sobreproducción de manufacturas que atentan contra la supervivencia de la vida en el planeta, y superan los límites del planeta Tierra.
  8. Frenemos el avance de los neofascismos que alientan las guerras contra los pueblos y la Naturaleza. Alto al negacionismo climático.  Luchemos por la paz como condición “sin condición” para hacer frente a la crisis climática, y transformar los actuales regímenes de gobierno en verdaderas democracias participativas, libres de manipulación, corrupción, prebendalismo y sometimiento a cualquier potencia extranjera. Defendamos la protección plena, la libertad de circulación y los derechos civiles, políticos y económicos de las y los migrantes. En nuestra unidad y organización está la fuerza para detener los ecocidios, etnocidios, genocidios y terricidios.
  9. Construyamos sociedades en cuyo centro esté el cuidado de la vida. Garanticemos los derechos de la Naturaleza a su existencia, a mantener sus ciclos vitales, a vivir libre de contaminación, a su identidad, a regenerarse, a ser representada en nuestros sistemas de gobernanza democrática, y a demandar justicia y reparación. Integremos las economías de los cuidados en la vida cotidiana, con la responsabilidad compartida entre personas, independientemente de su identidad de género, tanto dentro de los hogares como en la sociedad.
  10. Promovamos una nueva integración mundial al servicio de los pueblos y la naturaleza, basada en un multilateralismo desde abajo que incluya además de la representación de los Estados, representación de los pueblos y de la Naturaleza con poder de decisión. Establecer mecanismos de gobernanza nacional, regional e internacional para que los compromisos a adoptarse se cumplan de manera efectiva bajo el control social de sus pueblos. En este sentido la propuesta de “Tratado Amazónico para restablecer el ciclo del agua” en esta cuenca es un llamado a pensar un nuevo tipo de integración no antropocéntrica y desde abajo.

Convocamos a construir desde nuestros territorios, luchas y alternativas este Acuerdo Sistémico para hacer frente a la crisis climática y ecológica, aprovechando diferentes momentos como la COP 16 de Biodiversidad Biológica en Colombia, el G20 en Brasil, la Cumbre de los Pueblos de Belém y otros. Estamos convencidos que lo fundamental de este llamamiento es despertar una escalada de acciones en todos los rincones del planeta para avanzar hacia el cambio del sistema capitalista y no del clima.


[1] Informe la Brecha de emisiones, 2023.

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